Alguien debería hacerle un monumento, valga como alegato de esta modesta reseña, a Kevin Williamson, un guionista de primer nivel a ojos de quien escribe estas palabras. Parece que su tiempo ya pasó, pero, considerando todo lo que ofreció al género de terror durante el final de los noventa, se agradece que vuelva a la carga con Scream 4. Y lo hace, además, en compañía de otro gran clásico del género: Wes Craven.
El primero escribió guiones de películas como Scream (1996), Sé lo que hicisteis el último verano (1997), Scream 2 (1997), The faculty (1998) o Secuestrando a la Srta. Tingle (1999). Es decir, levantó él solo la catedral del terror de los noventa. Al otro, Wes Craven, le debemos la saga que aquí comentamos, además de clásicos como Pesadilla en Elm Street (1984) o La última casa a la izquierda (1972).
Total, prepárense para disfrutar si les gusta el género. El dúo creativo que da pie a esta obra se divierte de lo lindo, satirizándose incluso a sí mismos, a la hora de volver a reinventar las sanguinolentas aventuras que acompañan al pueblo de Woodsboro y, cómo no, a la mítica Sidney Prescott. Ahí estarán, además, las caras de siempre (Neve Campbell, Courteney Cox o David Arquette) junto con savia nueva (Anna Paquin o Aimee Teegarden) que terminarán por conformar un cartel tan nostálgico como palomitero.
7/10