Qué decir sobre… «Dallas buyers club» (2013)

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Dirección: Jean-Marc Vallée

Guión: Craig Borten, Melisa Wallack

Fotografía: Yves Bélanger

Música: Alexandra Stréliski

Montaje: Martin Prensa, Jean-Marc Vallée

Reparto: Matthew McConaughey, Jennifer Garner, Jared Leto, Steve Zahn, Griffin Dunne

Un nombre en especial sirve como reclamo de esta cinta. Hablamos, cómo no, de Matthew McConaughey, uno de los actores de moda en la actualidad. Si bien muchas veces se le ha colgado el cartel de «ramplón», lo cierto es que la madurez le ha sentado muy bien a un artista que, no obstante, ha realizado recientemente varios derroches en vano en películas como Killer Joe (2011) o The paperboy (2012). En Mud (2012), en cambio, está formidable. En cualquier caso, desde bien joven ha demostrado ser un artista notable (a la par que minusvalorado), y ahí está su extensa filmografía para atestiguarlo.

A lo que vamos, Dallas buyers club (2013) me parece una buena película. Destaca principalmente, como hemos dicho, por el nivel interpretativo que nos expone. El coloso es McConaughey, quien realiza una inmersión total y absoluta en su personaje, Woodroof. No es fácil ponerse en el pellejo de un estoico luchador, de un enfermo de sida, de un vaquero desamparado. Físicamente el actor arriesga, increíble su mutación. Interioriza, además, el volcán que acompaña a su personaje y le da un punto, entre sentimental y épico, que bien le hace merecedor de los reconocimientos que está obteniendo.

No lejos de él encontramos al polifacético Jared Leto, un tipo al que tenía -no sé muy bien el porqué- un tanto atragantado, pero frente al que no me queda más remedio que quitarme el sombrero. Puede que sea, aunque en el escalafón de secundario, la mejor interpretación masculina (paradoja total) de la temporada. La situación que vive es dura, desgarradora. Y lo humaniza con naturalidad, clarificando una emotividad difícil de transmitir.

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Pero oye, no solo hay actores en esta cinta. También tenemos una historia resultona cuyo punto de mira se centra en el VIH. Así, la película arrastra consigo no solo la terrible condena de vivir junto a esta asquerosa compañía, sino que también pone sobre el tapete aspectos como las miserias morales del negocio farmacéutico, la ética en la medicina y una especie de pillería vitalista en la que brillan con luz propia nuestros protagonistas.

En resumen, el canadiense Jean-Marc Vallée ha conseguido componer un notable relato que cautiva nuestra atención. Le falta a la historia, eso sí, un punto más de grandeza y ambición. En todo caso (y como idea básica), destacar la buena labor del cineasta para explotar las cualidades interpretativas de sus actores. Lo dicho, buena película.

7.5/10              

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