‘Last night’. Infieles.

Massy Tadjedin, en su prometedor debut detrás de las cámaras,  enclava su mirada en un joven matrimonio neoyorquino, Joanna y Michael Reed. Ella, de pronto, en una fiesta de la empresa de su marido, contemplará los ojos con los que él observa a una compañera de trabajo. Comienza así esta historia sobre celos, dilemas, sospechas y dudas. Una historia sobre infieles.

Película elegante. Posee un trabajo de fotografía estimable. La historia, en cambio, nos muestra el cuchillo, pero no acaba de punzarnos. Le achaco, pues, cierta frialdad, cierta distancia. No termina de empatizar con el espectador. Parece un tanto comedida, como si la sutileza fuera el fin en lugar del medio para abrasar nuestra atención. Los personajes están bien pulidos, y la relación entre Mendes y Worthington me parece que está conseguida. Sin embargo, me hastía un tanto el mar de dilemas que envuelven a Keira y su amigo el francés.

El juego de infidelidades aquí propuesto se queda a mitad camino. No sobrepasa los límites de la corrección. A ratos cautivador, a ratos espeso. La cursilería que desprende la noche de Canet y Knightley se come a la notable historia de Mendes y Worthington. Por tanto, el resultado es un tanto irregular.

6.5/10

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