‘Ghosts of Mars’. Entretenimiento por cortesía del maestro Carpenter.

Es de agradecer que un cineasta veterano como John Carpenter siguiera deleitándonos allá por el 2001 (últimamente no se prodiga mucho) con cintas como la aquí comentada. Vaya por delante que no estamos ante una de las obras maestras del neoyorquino, tampoco creo que pretendiese ostentar tal honor en esta ocasión, pues las miras de ‘Fantasmas de Marte’ no buscan otra cosa que no sea satisfacer el apetito de los fans carpenterianos.

La cinta nos traslada a Marte, año 2176. La primera sorpresa que nos llevamos viene dada por la forma de organización sociopolítica que tienen allí montada: un matriarcado (guiño cínico del todo atinado hacia el feminismo radical). Junto con ello, descubrimos que el planeta rojo parece ser una suculenta vía de expansión humanoide, asentándose los colonizadores en pequeñas ciudades cuyo centro gravitatorio suele girar en torno a las grandes minas que allí parecen encontrarse. También nos queda claro, desde el inicio, que el presupuesto del que disponía Carpenter no era como parar tirar cohetes, pues se nota la modestía artesanal (eso sí, muy resultona), con la que tuvo que solventar la papeleta.

¿La historia? Sencilla. Dos mujeres hechas y derechas (en el futuro esta será la expresión a emplear) como son Pam Grier y Natasha Henstridge, ambas policías, tendrán la misión de acudir a  la ciudad de Shining Canyon para recoger y escoltar al peligroso prisionero James ‘Desolación’ Williams, quien ha sido acusado de haber orquestado una delicada matanza. ¿El problema? Pues que algo raro está ocurriendo en aquella ciudad, y todo parece indicar que ‘Desolación’ será el menor de los problemas de nuestros intrépidos protagonistas (Jason Statham y Clea Duvall entre ellos).

Jugosa combinación la aquí brindada por Carpenter. Todo en ‘Fantasmas de Marte’ irradia un aroma a western futurista: una mujer de ley; Ice Cube como forajido; una ciudad árida y despoblada; el saloon y la cárcel; el tren; la custodia con la alargada sombra de la justicia. Ingredientes básicos que se combinarán, no obstante, con la aparición del toque «fantasmagórico». Pronto el western se adentrará en una senda más conocida por el maestro Carpenter, introduciendo reminiscencias hacia las míticas ‘Escape from New York’ (1981) o ‘The thing’ (1982), materializando ese terror y fantasía socarrona en unos temibles espíritus que sólo buscan ahuyentar a los extraños (humanos) de su planeta. Al fin, correrá la sangre, resolviéndose la trama por la vía de la acción pura y dura, siendo ésta el colofón ideal para tan explosivo cocktail marciano.

Resumiendo, ‘Fantasmas de Marte’ es una cinta que no conviene coger con altas expectativas, pues ni siquiera ella se toma muy en serio a sí misma. Con todo, para los amantes de Carpenter, supondrá un gozoso y placentero divertimento.

7/10

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