‘Along came a spider’. Digno entretenimiento.

El notable Lee Tamahori asumía el reto de dirigir ‘Along came a spider’, proyecto que engrandecía en Hollywood la figura de Alex Cross, el popular personaje ideado por James Patterson. Un actor de primer nivel, Morgan Freeman, repetía el mismo personaje que cuatro años antes había interpretado en la conseguida ‘Kiss the girls’ (1997).

Entretenida cinta con varios puntos a su favor. Uno, el principal, contar con un tal Morgan Freeman como estrella del cartel. Ahí es nada. En segundo lugar, tiene un guión que, sin grandes alardes ni florituras, consigue plasmar una intriga interesante, digna de ver. Por último, agradecer que la narración no caiga en la chabacanería ni en lo rutinario, consiguiendo así manufacturar un thriller cargado de vigor y brío. 

En fin, no estamos aquí ante la herencia del mejor Hitchcock. Tampoco es la continuación directa de ‘Seven’ (1995). Por tanto, es conveniente contextualizar esta cinta con tal de no pedirle peras al olmo, enfatizando así su fuerte vocación comercial. Con todo, haciendo comparativa con historias similares en temática y tiempo, tengo la sensación de que se ha hecho un buen trabajo en esta hora de la araña. Recomendable.

7/10

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