‘Vampiros en la Habana’. Peculiar divertimento.

‘Vampiros en la Habana’ es una cinta de animación visualmente bastante pobre y horrenda. Al margen de los detalles ténicos del film, la historia, aunque mejor, tampoco es como para tirar cohetes. Sí que es cierto que supura sátira por los cuatro costados, pero la trama me acaba por parecer liosa, enrevesada y caótica. Y ya es raro en un peli de tan poca duración.

El caso es que Juan Padrón se sacaba de la manga a Pepe, un vampiro que gracias al saber de su tío, puede ver el sol sin ningún problema. El milagro tiene forma de pócima, y se llama Vampisol, elaborada en la Habana. Y hasta allí que irán los chupasangres más hambrientos. Estarán todos, los financieros norteamericanos, los imperialistas europeos, la mafia estadounidense. ¡Hasta el cornudo de Machado andaba por allí detrás de la pócima! Pero Pepe como buen cubano que es, evitará el lucro, la avaricia y el negocio. Con una radio popular y a ritmo de trompeta, desvelará a todo el mundo (vampírico) la fórmula. En fin, curiosa película, que tiene sus momentos de sarcasmo, pero poco más. No creo que le guarde especial cariño. De todas formas, comparada con ‘Crepúsculo’, es una auténtica joya.

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