‘Untraceable’. Tan hueca como entretenida.

Cabe reconocer que Gregory Hoblit es un fenómeno en lo suyo. De acuerdo, no es Coppola, y jamás una de sus cintas ganará el Oscar a mejor película. Pero, seamos sinceros, tampoco es un autómata más puesto al servicio de cualquier productor con ánimo de lucro. Me lo imagino como un tipo serio, alguien que le pone esmero e ilusión a su trabajo, más allá de que todas sus cintas tengan una irremediable alma comercial. En pocas palabras, forma parte de la clase media hollywoodense, y a las pruebas me remito: ‘Primal fear’ (1996), ‘Fallen’ (1998), ‘Frequency’ (2000) o ‘Fracture’ (2007).

Dicho esto, podemos intuir que ‘Rastro oculto’ no está del todo mal. Entretener, entretiene. No alcanza el nivel de las cuatro cintas anteriormente mentadas, pero aún así los 95 minutos de duración se le pasan a uno volando. Vamos que no aburre, y eso que la historia es plana, sencilla y fácil de entender. Creo que la cosa iba de un tipo sádico, torturador de honorables ciudadanos, y de la «poli» bondadosa que intentaba atraparlo. Todo aromatizado por la leyenda urbana que pinta Internet como el salvaje hospicio de la infrahumanidad moral.

En fin, en apenas cinco horas tendré que hacer trabajar duro a mi memoria para recordar con certeza el argumento de esta peli. Lo que uno sí recordará seguro es que ‘Untraceable’ entretenía, sin más.

5/10

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