‘En un mundo mejor’ gravita en torno a la idea del bien y el mal. Susanne Bier, desde la dirección, y Anders Thomas Jensen, desde el guión, se cobijan en una película cargada de reflexión, ahondando en la moralidad de los personajes a los que da vida está emocional y sentida historia.
Desde África a Dinamarca. El niño desolado por la muerte de su madre, o el chaval que ni siquiera tiene amigos. Un mecánico rufián, o un filántropo cirujano. Todos viven en torno a una violencia explícita, una violencia a la que bordean, se le acercan y se le alejan. Perdón o venganza, serenidad o rencor.
Todo da pie a una historia muy humana, tremendamente realista, pero a la que le falta cierto encaje. No acabo de aferrarme a las batallas humanas que aquí presenciamos, sin involucrarme de lleno en ellas. Quizás sea porque al cabo de sesenta minutos, el efecto bucle comienza a desplegarse, cayendo en la trampa de la monotonía, de la que, sin embargo, busca evadirse Bier viajando a paisajes africanos. Pese a todo, sin ser Haneke ni por desgracia pretenderlo, cumple.