(2008) Slumdog millionaire

Slumdog Millionaire es una obra firmada por el talentoso autor británico Danny Boyle. El creador de toda una obra maestra comoTrainspotting, ha tenido una filmografía bastante irregular y dispar. Ha narrado desde aventuras zombies como en 28 días despuéshasta thrillers de ciencia-ficción del estilo deSunshine. En esta ocasión el tema tratado ha girado en torno a la India, más concretamente Boyle se ha trasladado a Mumbai (o Bombay) para filmar las aventuras de Jamal Malik, un chaval que crece en los barrios marginales de esta ciudad.

El film parte de una idea tan simple como efectiva: el triunfo del amor. Para Jamal, la entrada en el programa ¿Quieres ser millionario? no es una cuestión de prestigio o legitimación. Tampoco busca el dinero, ese codiciado premio final. Únicamente busca el amor de la chica a la que ha querido desde su infancia. Él sabe que ella lo verá por TV y que quizás gracias a ello podrá obtener su deseoso reencuentro.

Pero detrás de esta historieta romántica, Boyle nos muestra otro mensaje. Más que mensaje, nos muestra una realidad. La realidad en la que viven millones de niños hoy en día. La realidad de la vida en los barrios marginales. En esta ocasión han sido los de Mumbai, pero perfectamente podrían haber sido los barrios de Bangalore o Nueva Delhi, y todo ello gracias a la original coordinación entre las preguntas del programa con las vivencias de su protagonista. ¿Quién es ese chaval que ha sido capaz de ridiculizar a catedráticos, médicos e intelectuales?, ¿cómo lo ha conseguido?.

Lo ha conseguido, pese a que el sistema le cueste entenderlo (sobre todo al policial) a través de sus ‘aventuras’. Sus duras y crueles ‘aventuras’ que ha vivido siendo parte de estos tres mosqueteros particulares creados por Boyle. Ellos no son Athos, Porthos y Aramis. Son Jamal, Salim y Latika. Mosqueteros huérfanos. Mosqueteros con hambre. Mosqueteros que son engañados y explotados. Mosqueteros maltratados. Mosqueteros olvidados por el mundo. Pero, pese a todo, mosqueteros con ganas de vivir, con ganas de seguir adelante, con ganas de luchar por su vida.

Podríamos resumir el espíritu de esta cinta, exceptuando los oscuros intereses comerciales entre la industria hollywoodense y bollywoodense, en las palabras dichas por Jamal a una pareja de turistas en el transcurso del film: ¿No querían conocer la verdadera India? Aquí la tienen.

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