‘Black dog’. Camiones y explosiones.

Un tipo con graves apuros económicos, una casa a punto de ser embargada, un pasado presidiario y una mujer y una hija a las que mantener y salvar de un futuro ligado a un barrio marginal, acepta una propuesta de un mafioso de tres al cuarto para conducir un camión lleno de AK-47.

Detrás del camión irán el emisor, que tratará de simular un secuestro y retener la mercancía; el receptor, el mafioso de turno que le pondrá «emoción» secuentrando a la mujer y a la niña; y la policía y FBI que tratarán de darle caza.

A partir de ahí todo son persecuciones entre camiones, explosiones y un halo celestial envolviendo al bueno de Patrick Swayze que a pesar de recibir disparos, trompazos, patadas y hostias, aguantará como el tipo duro que es y se cargará a todo el ejército de maleantes, tanto de un lado como del otro.

Obviamente, el final nos regalará un precioso reencuentro familiar, teñido con violencia cómo no, y una vuelta a la «normalidad». La policía no castigará, más bien bendecirá, a un tipo que transportaba armas a sabiendas. Así que ya sabes, si andas mal de dinero y a punto de entrar en la vorágine de marginalidad social, no lo dudes, adelanta el proceso y tírate a la delincuencia, al tráfico de drogas o armas. Todo un ejemplo. Rutinaria y floja.

3.5/10

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